El nuevo edificio está promovido por Ikerbasque, la Fundación Vasca para la Ciencia, y en el mismo se ubicarán grupos científicos de Euskadi que trabajan en ámbitos clave de investigación identificados en la Estrategia IKUR del Gobierno Vasco. Concretamente se prevé dar cabida a un total de 300 investigadores/as en las áreas de computación cuántica, neutrónica, supercomputación, química avanzada, nuevos materiales y polímeros. El nuevo edificio acogerá asimismo los nuevos laboratorios del centro de investigación de excelencia BERC Polymat que investiga en polímeros avanzados.
La construcción de esta nueva infraestructura científica pretenda dar respuesta a la firme apuesta del Gobierno Vasco por seguir impulsando la ciencia de excelencia, y con ello, el deseo de albergar nuevos grupos de investigación punteros en Euskadi. La producción científica de Euskadi se ha duplicado en la última década. La comunidad científica de Ikerbasque supera ya los 300 investigadores/as, en cuyos grupos de investigación trabajan más de 1.300 personas. La red de 9 centros de investigación de excelencia BERC impulsada por el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha crecido en la última década hasta alcanzar actualmente 1.200 investigadores/as. Esta apuesta de Euskadi por la atracción y consolidación de talento científico requiere la dotación de espacios y equipamientos adecuados para los nuevos grupos de investigación.
El edificio ubicado en la avenida Tolosa estará anexo al actual edificio Korta y contará con 6.000 m2 construidos, distribuidos en 5 plantas sobre superficie y una planta sótano, con cerca de 1.100 m2 por planta. Estará finalizado en 2025 y albergará 80 laboratorios en una parcela en el campus de Ibaeta cedida por la UPV/EHU.
El edificio cumple los criterios medioambientales más avanzados y cuenta con soluciones constructivas innovadoras para dar respuesta a los requerimientos de eficiencia energética del edificio y a las necesidades funcionales más exigentes de los laboratorios de investigación. Cuenta con una fachada con una piel exterior, que actúa como tamiz solar, contribuyendo al control térmico del edificio, compuesta por una celosía de elementos verticales metálicos.
El edificio se presenta como un volumen sencillo, de apariencia ligera y de lectura inmediata, un paño neutro y rotundo que acompaña al edificio Korta existente actualmente. Los dos edificios están separados y unidos a su vez por una crujía intermedia que actúa como junta material entre los mismos, permitiendo armonizar un cambio de fachada a un lado y otro de ella.