La lágrima tiene una estructura y composición complejas, que mantienen la superficie del ojo húmeda y lubricada, la protegen de los patógenos, favorecen la cicatrización de las heridas y proporcionan una transparencia visual óptima. La película lagrimal contiene una capa lipídica que actúa principalmente como interfaz entre la capa acuosa del ojo y el aire exterior. Dicha capa lipídica está compuesta por una fina capa de lípidos polares que interactúa con la capa mucoacuosa del ojo y sirve de anclaje, y una capa más gruesa de lípidos no polares (que no interactúan con el agua) en la interfaz con el aire.
“El ojo seco tiene una alta prevalencia en la población, sobre todo en mujeres a partir de los 40-50 años. Se trata de una patología que, aunque no es grave, es molesta en el día a día —explica la investigadora Ikerbasque Arantxa Acera—. Los tratamientos habituales para el ojo seco son los sustitutivos de la lágrima entre los que se encuentran los colirios de hemoderivados como el colirio de plasma enriquecido en factores de crecimiento, que se obtiene de la sangre del propio paciente (es decir, son colirios autólogos). Aunque puede ser un proceso un tanto tedioso, realmente no es una terapia cara, sino novedosa y desconocida”. En ese sentido, el Grupo Oftalmo-Biología Experimental (GOBE) de la UPV/EHU ha realizado un estudio, financiado con fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación (RETOS-MINECO), cuyo fin sería conocer mejor la composición de este tipo de colirios “para establecer tratamientos personalizados en función del tipo de ojo seco que tenga el paciente (ojo seco acuodeficiente, evaporativo o mixto)”, añade Acera. Para eso, analizaron qué tipo de lípidos había en el colirio, y los compararon con los lípidos existentes en la lágrima.
“Hemos querido saber si este tipo de colirios tiene una composición apropiada para una medicina más personalizada; quizás, si hay algún lípido que falta en el colirio biológico, el objetivo podría ser enriquecerlo con ese lípido”, explica Acera. En el estudio han constatado, que “realmente la composición lipídica del colirio autólogo y de la lágrima no es igual. En el plasma hay gran cantidad de lípidos; sin embargo, en la película lagrimal hay dos lípidos anfipáticos muy importantes, que anclan la parte apolar con la parte acuosa de la lágrima, que no existen en el plasma”.
Estudio clínico a gran escala
En este contexto, el grupo de investigación GOBE ha puesto en marcha en colaboración con el Hospital de Basurto, Hospital Donostia, el Instituto Clínico-Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) y el Hospital Miguel Servet de Zaragoza “un estudio clínico multicéntrico, para analizar el perfil lipídico de la lágrima de pacientes con diferentes tipos de ojo seco, para conocer qué lípido está alterado en estos pacientes y determinar qué terapia puede ser la más adecuada en cada caso”, explica la investigadora Ikerbasque. Por otro lado, el Hospital Donostia ha promovido un ensayo clínico con plasma enriquecido en un grupo de pacientes con ojo seco secundario, ya que este tipo de colirios “no están cubiertos por la sanidad pública”, y la investigadora destaca la importancia de “seguir investigando para poder llegar a incorporar este tipo de tratamientos al sistema público” y de “avanzar en el desarrollo de tratamientos personalizados, adaptados al tipo de ojo seco de cada paciente”.
Para más información: DOI: 10.1016/j.exer.2022.109061