Un grupo científico en el que participa el astrofísico Tom Broadhurst, profesor Ikerbasque de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y asociado del Donostia International Physics Center (DIPC), ha sido el primero - a la par con otro equipo internacional - en analizar la imagen más temprana del universo detectada por el telescopio espacial James Webb (JWSP).
Broadhurst y sus colaboradores han trabajado sin descanso desde el 11 de julio, día en que el presidente de Estados Unidos Joe Biden dio a conocer públicamente en resolución completa la ya mundialmente conocida imagen del cúmulo de galaxias SMACS 0723.
Durante tres días de intenso trabajo, el equipo de científicos y científicas ha analizado en la imagen galaxias de fondo que parecen repetirse debido al efecto de lente gravitacional - un fenómeno originado por cuerpos supermasivos que convergen la luz de fondo permitiendo a los y las astrónomas observar regiones remotas de forma natural -. En su estudio han detectado un total de 16 galaxias repetidas que les han permitido reconstruir SMACS 0723 y calcular las zonas de materia oscura.
Estos primeros hallazgos sugieren que el cúmulo es más alargado de lo que estudios previos realizados con otros telescopios predecían, debido seguramente a fusiones con grandes cúmulos de galaxias.
En el trabajo también ha participado el Instituto de Física de Cantabria (UC-CSIC) junto a un equipo de investigación de varios países, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Malta e Israel.
Una nueva era para la astronomía
El recientemente inaugurado telescopio espacial James Webb – cuyo lanzamiento fue en diciembre de 2021 - abre una nueva era a la observación astronómica. Su rango de funcionamiento en el infrarrojo y la capacidad de detectar luz dos órdenes de magnitud más débil que el telescopio espacial Hubble permitirán tomar imágenes con una profundidad sin precedentes y acercarnos cada vez más a los albores del universo.
Las expectativas depositadas en James Webb son altas. Se espera estudiar el momento en el que se formaron los primeros cúmulos – filamentos, galaxias y estrellas a partir de hidrógeno y helio -, y seguir avanzando en el campo profundo para llegar al momento en el que la materia comenzó a colapsar por primera vez debido a la gravedad. Todo ello contribuirá excepcionalmente a conocer cómo se gestó la química del universo primigenio y cómo fue evolucionando. En los próximos meses, Broadhurst y su compañero de trabajo en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y DIPC, el ganador del Premio Nobel George Smoot, planean averiguar si la materia oscura detectada en estos nuevos datos está hecha de ondas o partículas, una gran pregunta abierta con implicaciones profundamente diferentes para el origen de las galaxias, las estrellas y la vida.