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Un nuevo estudio ofrece nuevas soluciones para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad

El cambio climático y el uso intensivo y la destrucción de los ecosistemas naturales que propician la pérdida de biodiversidad en todo el planeta siguen empeorando. A este respecto, la crisis climática y la crisis de la biodiversidad suelen considerarse como dos catástrofes diferentes y sin relación entre sí. Un equipo internacional de investigadores exige la adopción de una nueva perspectiva. En su estudio recién publicado en la revista Science, recomiendan cumplir el objetivo de 1,5 grados y al mismo tiempo proteger y recuperar como mínimo el 30 por ciento de todas las zonas terrestres, marítimas y de agua dulce, para lo cual exigen la colaboración interdisciplinar entre las instituciones —que habitualmente trabajan de forma independiente— con el fin de transformar urgentemente los actuales sistemas económicos y políticos que subyacen tras esta doble crisis.

Los seres humanos han cambiado enormemente el sistema de la Tierra. Las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las actividades humanas han provocado el aumento de la temperatura media global en más de 1,1 grados en comparación con la era preindustrial. Y todos los años se producen emisiones adicionales de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero, alcanzándose actualmente una cifra superior a 55 gigatoneladas equivalentes de dióxido de carbono. Esta crisis climática sin precedentes tiene consecuencias para todo el planeta. Está cambiando la distribución de la precipitación, está aumentando el nivel global del mar, los fenómenos meteorológicos extremos están siendo cada vez más frecuentes, los océanos son cada vez más ácidos y siguen ampliándose las zonas anóxicas.

«La crisis climática que el propio homo sapiens ha provocado es probablemente el mayor reto al que este se enfrenta en sus 300.000 años de historia», señala el Profesor Hans-Otto Pörtner, que trabaja en el Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina y copreside desde 2015 el Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) cuya tarea es la de evaluar el estado actual de los conocimientos sobre los impactos del calentamiento global. Pörtner indica que «al mismo tiempo está surgiendo otra crisis igualmente peligrosa y que suele pasarse por alto: la pérdida dramática de especies vegetales y animales en todo el planeta. Las dos catástrofes —la crisis climática y la crisis de la biodiversidad— son interdependientes y se complementan mutuamente y por ello nunca deberían considerarse como dos cuestiones diferentes». El estudio recientemente publicado en la revista Science detalla las conexiones entre la crisis climática y la crisis de la biodiversidad y presenta soluciones para abordar ambas catástrofes y mitigar sus impactos sociales, que ya son enormes.

El artículo es el resultado de un taller científico internacional organizado en diciembre de 2020 y que estuvo coordinado conjuntamente por dos organizaciones pertenecientes a las Naciones Unidas: la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPPC). El Profesor Ikerbasque Unai Pascual, del Basque Centre for Climate Change (BC3) y uno de los autores del estudio, describe el rápido empeoramiento de la pérdida de biodiversidad y subraya que «las actividades humanas han alterado aproximadamente el 75 por ciento de la superficie terrestre y el 66 por ciento de las aguas marinas de nuestro planeta. Y lo han hecho hasta tal punto que hoy en día, por ejemplo, se ha perdido aproximadamente el 80 por ciento de la biomasa de los mamíferos y el 50 por ciento de la biomasa vegetal, y hay más especies en peligro de extinción que en cualquier otra época de la historia humana». Pascual añade que «a este respecto, el calentamiento global y la destrucción de hábitats naturales no solo provocan la pérdida de biodiversidad, sino que también reducen la capacidad de los organismos, los suelos y los sedimentos para almacenar carbono, lo cual agrava a su vez la crisis climática».

Para combatir estas múltiples crisis, los investigadores que han evaluado las evidencias científicas proponen una combinación ambiciosa de medidas de reducción de las emisiones, restauración, protección y gestión inteligente de los ecosistemas junto con la promoción de capacidades interinstitucionales entre los agentes políticos. Asimismo, exigen que se aborde el cambio climático y al mismo tiempo se adopte un enfoque moderno sobre la gestión de los ecosistemas que deje de considerar las zonas protegidas como refugios aislados para la biodiversidad. Más bien, argumentan que las zonas protegidas deben formar parte de una red extendida por todo el planeta, tanto en la tierra como en el mar, que interconecte regiones relativamente intactas mediante corredores migratorios para las especies. Esto también debe realizarse promoviendo la absorción de dióxido de carbono y la fijación del carbono en la biomasa y los suelos.

Pascual señala que «la doble crisis medioambiental ya está afectando a la sociedad en muchos niveles, empeorando especialmente la equidad y la capacidad de adaptación de sociedades de todo el mundo que ya son vulnerables. La protección contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad deben ir de la mano y hacen falta intervenciones políticas que ofrezcan ventajas sociales a las comunidades locales y a los pueblos indígenas que históricamente han contribuido a enfriar el planeta y proteger gran parte de la biodiversidad global actual».

Hans-Otto Pörtner también reclama la institucionalización de los esfuerzos globales conjuntos: «Es poco probable que alcancemos los nuevos objetivos globales de biodiversidad, clima y sostenibilidad para 2030 y 2050 si las diferentes instituciones no colaboran más intensamente. Pongamos como ejemplo los diferentes convenios de la ONU sobre la biodiversidad y la protección contra el cambio climático, es decir, el Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Estos abordan ambas crisis de manera excesivamente independiente. En este contexto, necesitamos urgentemente un enfoque global si aún tenemos la esperanza de lograr los objetivos».

Referencia bibliográfica: H.-O. Pörtner, R. J. Scholes, A. Arneth, D.K.A. Barnes, M.T. Burrows, S.E. Diamond, C.M. Duarte, W. Kiessling, P. Leadley, S. Managi, P. McElwee, G. Midgley, H.T. Ngo, D. Obura, U. Pascual, M. Sankaran, Y.J. Shin, A.L. Val (2023) Overcoming the coupled climate and biodiversity crises and their societal impacts. Science, 380, eabl4881. DOI: 10.1126/science.abl4881.