Investigadores del CIC bioGUNE -miembro del Basque Research & Technology Alliance, BRTA-, en colaboración con el IKMB de Kiel (Alemania), han liderado un estudio genético a gran escala que contribuye a aclarar las causas de la enfermedad hemorroidal –comúnmente conocida como hemorroides– que afecta a una gran parte de la población.
Las hemorroides se encuentran en el extremo del tracto digestivo y son cojines llenos de sangre que ayudan a contener las heces y controlar la defecación en los seres humanos. Es habitual denominar hemorroides a la enfermedad hemorroidal, que provoca que las hemorroides se hinchen, causando dolor, picazón y en ocasiones sangrado, limitando así las actividades cotidianas. En la mayoría de los casos, no pasa de ser un molesto problema que se resuelve con productos de venta en farmacia sin receta médica. Sin embargo, las formas más graves de hemorroides requieren tratamiento quirúrgico.
A lo largo del tiempo se han sugerido numerosos factores de riesgo, entre los que destacan un estilo de vida sedentario, obesidad, reducción de la ingesta de fibra en la dieta, pasar excesivo tiempo en el inodoro, esfuerzo durante la defecación, etc. Debido a su naturaleza íntima, la enfermedad hemorroidal ha sido generalmente subestimada, y no se conocen los mecanismos moleculares exactos ni las razones por las que sólo algunas personas desarrollan complicaciones. Distintas teorías, mitos e hipótesis indocumentadas se han manifestado durante años, incluso en la literatura científica. La investigación, desarrollada a través de una colaboración a escala mundial, y que ha requerido el análisis del perfil genético de casi un millón de personas, se ha publicado en la revista Gut de la British Society of Gastroenterology.
En este nuevo estudio, coordinado por Mauro D'Amato, profesor Ikerbasque y jefe del Grupo de Genética Gastrointestinal en CIC bioGUNE, y el profesor Andre Franke del IKMB en Kiel (Alemania), se han analizado millones de cambios de ADN en el genoma de 218.920 pacientes y 725.213 personas sanas, cuyos datos se han obtenido de UK Biobank, de la empresa estadounidense 23andMe y de otras cohortes de población general. La investigación ha identificado 102 regiones en el genoma humano que contienen genes que influyen en el riesgo de enfermedad hemorroidal. Del análisis adicional en células individuales de hemorroides se aprecia que estos genes se expresan principalmente en los vasos sanguíneos y tejidos gastrointestinales, y están colectivamente involucrados en el control de la función muscular lisa y en el desarrollo y la integridad de las estructuras epiteliales y endoteliales del intestino.
Los autores concluyen que la enfermedad hemorroidal resulta, al menos en parte, de la disfunción muscular lisa, epitelial y del tejido conectivo. "Estos nuevos hallazgos son muy interesantes porque apuntan a mecanismos específicos en una condición común por lo demás mal caracterizada. Esto puede conducir al desarrollo de opciones terapéuticas adicionales no invasivas a largo plazo", comenta el investigador Andre Franke.
Cuando la nueva información genética se resumió en puntuaciones de riesgo poligénico (PRS), se demostró que un mayor PRS se asociaba con un mayor riesgo de enfermedad hemorroidal, con una edad más joven en el diagnóstico y la necesidad de cirugía, usando datos de 180.435 individuos adicionales de la cohorte noruega HUNT, del estudio danés Danish Blood Donor Study y de una cohorte de casos y controles de centros terciarios en Alemania.
Los investigadores también han constatado similitudes genéticas entre la enfermedad hemorroidal y varias otras afecciones gastrointestinales, psiquiátricas y cardiovasculares. Estas aparecieron como las comorbilidades más comunes en otros análisis de 8 millones de personas del Danish National Patient Registry. "Nuestros resultados de PRS necesitan confirmación en otros estudios y diversos grupos étnicos, pero podrían ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de complicaciones para que sean controladas más de cerca y beneficiarse, en mayor medida, de estilos de vida saludables para prevenir el tratamiento quirúrgico", explica Mauro D'Amato.
Además de IKMB y CIC bioGUNE, en el estudio participaron investigadores y médicos de otras instituciones como 23andMe, la Clínica Mayo y la Universidad de Michigan de Estados Unidos; la Universidad Monash en Australia; el Instituto Karolinska en Suecia; el Instituto de Genómica y la Universidad de Tartu de Estonia; la Universidad de Copenhague en Dinamarca; y el Centro Médico Universitario Rostock en Alemania, entre otros.